¿Cómo
se Determina la Eficacia de los Tratamientos?
Dr. Anthony F. Kirkpatrick,
Director del Comité Científico Asesor
Ante todo es importante entender que existen en el tratamiento
de cualquier problema médico tres elementos que pueden conducir
a la mejoría del problema:
- La Historia Natural de la Enfermedad
- Los Efectos No-específicos de la
Terapia (Efecto Placebo)
- Los Effectos Específicos del Tratamiento
La historia natural de la enfermedad
puede variar ampliamente. Una cefalea viene y va, lo mismo
que un dolor de espalda. De igual manera, los síntomas de
la DSR pueden ir y venir, especialmente en niños. Muchos
adultos con DSR dicen que el dolor tiende a ser constante,
pero que el nivel de intensidad del dolor y otros síntomas
varía. Es por ello que el curso natural de la enfermedad
puede por sí mismo producir un alivio temporal. Cuando el
paciente recibe un tratamiento para la DSR debe poder separar
los cambios que ocurren naturalmente de los efectos de la
terapia. El Esquema 1 ilustra la evolución típica de la
DSR. El dolor se mantiene estable por un tiempo y luego
aumenta, hay exacerbación de los síntomas, alcanza un punto
máximo donde permanece estable (en meseta) y luego disminuye,
muchas veces sin ningún tratamiento. Este paciente siente
que está en un sube-y-baja, en contraste con otros pacientes
en los que el dolor esta siempre al mismo nivel. Lo que
si es predecible, es que cuando ocurre una exacerbación
de la enfermedad (bien sea una dolor de cabeza o de cintura,
o la DSR) existe la tendencia de parte del médico a tratar
la enfermedad en ese punto; aunque los síntomas vayan a
mejorar de todas maneras a partir de ese momento. Por eso,
en enfermedades que fluctúan la mejoría se atribuye al médico,
aunque de todas formas el paciente fuera a mejorar sin ningún
tratamiento. Por el contrario, a veces los síntomas empeoran
con el tratamiento y el doctor carga con la culpa. Hay muchos
factores que intervienen en la relación médico-paciente,
aunque muy frecuentemente el factor decisivo es el exito
del tratamiento; cuando este falla, el enfermo comienza
la búsqueda de un médico a otro, para luego abandonar la
medicina tradicional y buscar formas no tradicionales de
terapia.
Como los síntomas de la DSR fluctúan, en estas Guías Clínicas
Prácticas hemos recomendado "una serie" de 1 a 3 bloqueos
simpáticos. Esto es con el fin de que el paciente pueda
determinar si la mejoría obtenida con la serie de bloqueos
simpáticos es verdadera u obedece solamente al alivio natural
resultado de la fluctuación de los síntomas que ocurre como
parte de la historia natural de esta enfermedad.
ESQUEMA
1
Se habla de "efecto placebo" cuando
se cambia la evolución de la enfermedad mediante el uso
de un "tratamiento" que no tiene propiedades farmacológicas
o fisiológicas reales. Por ejemplo, el uso de pastillas
de azucar puede mejorar al paciente. Es necesario que el
paciente separe el efecto placebo del efecto específico
producido por la acción farmacológica o fisiológica del
tratamiento sobre la historia natural de la enfermedad.
A las compañías de seguros y a otras entidades proveedoras
de servicios de salud les interesa pagar por el uso de medicamentos
y tratamientos activos y no por placebos. Es necesario mantenerse
alerta al respecto y no desperdiciar recursos en esas "terapias".
La frecuencia de respuesta a un placebo varía de acuerdo
a las circunstancias. Practicamente todos podemos responder
a un placebo cuando las circunstancias son óptimas. Aun
más, los efectos del placebo pueden ser substanciales, resultando
en algunos casos en total control del dolor.
Los siguientes factores pueden influir en la respuesta al
placebo:
- Ansiedad
- Angustia
- Expectativas
- Prestigio del doctor
- Terapias costosas e invasivas
Entre más angustiado se encuentre el
paciente, mayor es la respuesta al placebo, especialmente
cuando el síntoma es el dolor. 1 Las expectativas del paciente también son un factor importante.
Por ejemplo, en un estudio 2 sobre las expectativas de la respuesta al tratamiento del
broncoespasmo (un problema potentialmente fatal en pacientes
asmáticos), se encontró que cuando los médicos explicaban
al paciente que iban a recibir bien fuera un placebo inactivo
o bien una droga activa para el tratamiento del asma, el
placebo produjo muy poca mejoría del broncoespasmo. Por
el contrario, cuando se les dijo a los pacientes que se
iba a comparar cuál de las dos "drogas" era la más activa
contra el broncoespasmo, la respuesta al placebo fué mucho
mejor que en el primer caso. En otras palabras, cuando las
expectativas del paciente eran las de recibir un medicamento
activo contra el asma, el placebo tuvo un efecto farmacológico
positivo, llegando incluso a salvar la vida del paciente
amenazada por el broncoespasmo. El grado de simpatîa, cariño
y preocupación de parte del médico por su paciente, así
como su prestigio, aumentan el efecto benéfico del tratamiento
de la enfermedad, aún con un placebo. 3,4
Las expectativas asociadas con el tratamiento más invasivo
o más costoso también aumentan el efecto placebo. 5 Por ejemplo, dele una mirada a la píldora y la jeringa del
Esquema 2. Ambas contienen la misma cantidad de medicamento
analgésico contra el dolor (un narcótico opioide). Cuál
de los dos le parece que sea más efectivo para el control
del dolor? La respuesta es obvia.
De hecho, los doctores aprovecha legítimamente las ventajas
del efecto placebo cuando proceden a sedar al paciente durante
los varios procedimientos usados para el control de la DSR,
por ejemplo, el bloqueo simpático. El medico deja que el
paciente "vea" con sus propios ojos cuando se le inyecta
la jeringa con el analgésico por vía endovenosa y le "dice"
además que se le está inyectando un "narcótico". En este
caso el médico no está engañando al paciente puesto que
le dice la verdad, pero el efecto placebo aumenta el alivio
del dolor con el uso de una menor dosis del narcótico, disminuyendo
así los efectos secundarios del medicamento, tales como
la presencia de un pobre esfuerzo respitratorio (hipoventilación)
durante el procediiento.
ESQUEMA
2
Aún el color de la píldoras placebo
determina su grado de efectividad. Así por ejemplo, las
pastillas blancas son más effectivas que las de color amarillo
en el control del dolor; pero, las amarillas son más efectivas
que las blancas para tratar la depresión. 6 Así mismo, hay una respuesta a la dosis y dos pastillas
placebo son más efectivas que una sola. 5
También es un error pensar que el placebos no tienen efectos
nocivos, pues muchos estudios han demostrado efectos secundarios
del placebo hasta en un 20% de los pacientes. Estos incluyen
somnolencia, cefalea, nerviosismo, insomnio, nausea y estreñimiento. 7
La cirugía puede tener un profundo efecto placebo. Hacia
los años 1950, dos estudios controlados (es decir, ensayos
clínicos doble ciego y aleatorios) nos alertaron sobre esta
realidad. 8,9 En ese entonces se creía que la ligadura de arterias en
la pared del pecho podría desviar la sangre de los músculos
pectorales hacia el corazón, mejorando los síntomas de la
angina de pecho. La cirugía se llamaba "ligadura de la arteria
mamaria interna". Los resultados fueron sorprendentes. Después
de la cirugía los pacientes experimentaban inmenso alivio
del dolor de pecho y aumentaban la tolerancia al ejercicio.
Algunos de ellos pudieron levantarse de la cama por primera
vez en largo tiempo. En otros, el alivio del dolor duró
más de un año. Sin embargo, los cirujanos pensaron que era
necesario hacer un estudio controlado para descartar la
posibilidad del efecto placebo. Se llevaron a cabo dos estudios
en los cuales se hacía una incisión en la pared del tórax
pero sin ligar las arterias ("una falsa cirugía"). ¿Cuáles
fueron los resultados? Tal como lo piensan, los resultados
de la "falsa cirugía" fueron los mismos que cuando las arterias
se ligaban, indicando un potente efecto placebo de la cirugía.
Si un placebo puede producir resultados curativos en una
enfermedad, entonces, ¿porqué no usarlos intencionalmente?
En primer lugar, engañar deliberadamente al paciente con
un tratamiento falso destruye la relación médico-paciente.
Si el médico ofrece al paciente un tal tratamiento y el
paciente se entera que el médico sabía que la terapia era
inactiva, se va a sentir engañado por su médico. Aún peor,
si el paciente se complica como resultado de la terapia,
el resentimiento hacia el médico será aún mayor. Por otra
parte, como se discutió antes, los placebos pueden tener
efectos adversos serios que afectan la calidad de vida del
paciente. Cuando se le dice al paciente que se espera que
la droga sea efectiva, pero si en su caso particular no
funciona, puede verse afectado por el convencimiento de
que su enfermedad es más seria de lo que en realidad es.
El pronóstico negativo producido por tales circunstancias
causa angustia innecesaria al paciente y su familia.
Está claro que algunos pacientes con DSR responded de manera
diferente, o no responden en absoluto, a la misma droga.
Por ejemplo, cuando se utilizan medicamentos antidepresivos
para tratar la DSR, el médico le dice al paciente que la
droga va a tener un efecto positivo (con lo cual aumenta
el efecto placebo); sin embargo, en ciertos casos no se
obtiene ninguna respuesta. Es decir que el efecto placebo
negativo impide aún la acción benéfica del fármaco.
Por todas estas razones los médicos deben abstenerse de
engañar deliberadamente al paciente con tratamientos inactivos
a fin de obtener un efecto placebo. Hay 4 maneras de poder
determinar la eficacia de los tratamientos para la DSR:
- Educación: Aprenda la historia
natural de la DSR y edúquese sobre la importancia del
efecto placebo.
- Vigile la Respuesta: El
efecto placebo tiende a desaparecer con el tiempo observándose
que la duración del efecto se hace cada vez más corta
al repetir los tratamientos. Por ejemplo, el efecto
placebo de los bloqueos simpáticos tiende a ser menos
y menos efectivo cuando se les repite. 10,11 Es necesario que el paciente preste mucha atención a
la naturaleza de la respuesta con cada tratamiento.
Desafortunadamente, los pacientes que sufren dolor crónico
tienen dificultades para recordar. Por eso se les pide
que lleven un diario en el cual documenten la magnitud
y duración del alivio que produce cada tratamiento.
- Ensayos de Abstinencia: La abstención del tratamiento es una forma importante
de descartar la presencia del efecto placebo. El paciente
puede ensayar la suspensión o abstinencia de la terapia
para ver que tanta diferencia nota. Si la terapia efectivamente
produce una marcada diferencia, entonces puede volver
a continuarla. Pero si la suspensión de la terapia solamente
disminuye uno o varios efectos secundarios, entonces
es mejor suspenderla. La duración del efecto benéfico
de la terapia también deberá tomarse en cuenta. Hay
tratamientos cuyo efecto benéfico es de corto plazo,
dura unos 6 a 9 meses y luego desparece. Puede ser necesario
repetir varias veces los ensayos de abstinencia hasta
estar seguro de la efectividad del tratamiento. En el
caso de algunos medicamentos como los narcóticos opioides
o las benzodiazepinas, o de potentes relajantes musculares
como el baclofén, es necesario suspender el tratamiento
muy lentamente. De lo contrario, pueden presentarse
signos severos de abstinencia física, psicológica, o
psicofisiológica.
- Indague sobre los Resultados
de las Investigaciones: De ser posible es conveniente
indagar sobre la existencia de esquemas clínicos de
tratamiento basados en ensayos clínicos controlados.
Un Ensayos de Abstinencia:
El Parche de Clonidina:
El estudio del parche de clonidina
es un buen ejemplo de un ensayo de abstinencia para determinar
la efectividad de la terapia. 12 La clonidina es un medicamento que bloquea el sistema nervioso
simpático. Hace algunos años los investigadores observaron
que cuando se aplica un parche con este producto a la piel
del paciente con DSR, la piel se hacía menos dolorosa al
tacto ligero. Sin embargo, la mejoría se limitaba a la zona
de la piel en contacto con el parche. Los investigadores
concluyeron que el parche de clonidina no ofrecía ninguna
ventaja en el tratamiento de la DSR puesto que el paciente
tendría que andar con un centenar de parches cubriendo las
zonas dolorosas. Sin embargo, algunos años después se pensó
que aumentando la dosis de clonidina en el parche y dejándolo
por un tiempo más largo el tratamiento podría se efectivo. 13 El paciente de la Figura 3 es un hombre que tenía todo el
brazo inmobilizado por el dolor, con hinchazón y coloración
azulada de la piel a causa de la DSR. Le pusimos dos parches
de clonidina al brazo y con el tiempo el dolor, el edema
y la coloración de la piel desparecieron. Nos preguntamos
si la mejoría se debía al efecto placebo o a la acción del
medicamente. Suspendimos el parche para ver que pasaba y
en el curso de dos o tres días regresaron el dolor y la
inflamación hasta inmobilizar nuevamente la extremidad.
Después de cinco o seis ensayos de abstinencia del tratamiento,
tanto nosotros como el paciente quedamos convencidos que
el efecto se debía a la acción terapéutica de la clonidina
y no al efecto placebo.
ESQUEMA
3
El "patrón oro" para determinar
la causa real de la mejoría del dolor con un tratamiento
dado es el ensayo clínico controlado. Veamos cómo determina
el Comité Científico Asesor si un tratamiento es efectivo
o no. Tomemos como ejemplo el uso de la capsaicina, una
substancia que se obtiene macerando pimientos picantes.
Cuando la pasta resultante se aplica sobre la piel, especialmente
en zonas donde la piel es sensible a causa de la DSR, se
produce una sensación de quemadura. También le pone a estornudad
y produce irritación y sensación de quemadura en los ojos
si llega a frotárselos con las manos untadas de esta pasta.
Pero cuando se persiste con su uso por más de una semana
la piel se acostumbra y ya no se siente la sensación de
quemadura. Se cree que la pérdida de sensibilidad que produce
en el paciente con DSR se debe a cambios químicos que ocurren
a nivel de los nervios de la piel.
Se le preguntó al Comité Científico Asesor si recomendaba
este tratamiento. Revisamos la literatura y encontramos
un estudio muy cuidadoso publicado en 1991 en una revista
científica. 14 El título del artículo era "Grupo de Estudio de la Capsaicina:
Un Estudio Controlado Multicéntrico Doble-ciego." Por el
título se pensaría que este estudio resuelve el problema
sobre la efectividad de este tratamiento. Pero al mirar
con mayor detalle el estudio vimos que no era un estudio
de "doble ciego" puesto que cuado la capsaicina se aplica
a la piel produce sensación de quemadura y la crema usada
como control (sin capsaicina) no quemaba. El título es entonces
incorrecto porque tanto el paciente como el médico sabían
cuándo se usaba el producto activo.
El Esquema 4 muestra los resultados del estudio. Tanto en
el grupo control sin la droga activa (vehículo) como en
el grupo de la capsaicina hubo mejoría del dolor durante
las ocho semanas del estudio. Sin embargo la diferencia
entre los dos grupos fue de sólo un punto en la escala de
dolor (de 8 a 7) a favor de la capsaicina. Si se piensa
que hay que aplicar la crema tres veces o cuatro al día
durante ocho semanas la diferencia con el placebo no es
mucha. Además, la capsaicina produce dolor de tipo quemadura
al aplicarla y pone al paciente y a otros a estornudar.
ESQUEMA
4
Un grupo de neurólogos de la Clínica
Mayo decidió repetir el estudio usando esta vez un método
doble ciego. Utilizaron en el vehículo de la crema control
una substancia llamada nicotinato que produce una sensación
de quemadura cuando se aplica sobre la piel. De esta forma
el paciente no podía saber si recibía el producto activo
o el control (vehículo). Al comparar los resultados se encontró alivio del dolor en los dos grupos, sin que existiera una
diferencia significativa a favor de la capsaicina. 15 La capsaicina se menciona en las Guías Clínicas Prácticas
puesto que algunos doctores la siguen utilizando para el
tratamiento de la DSR, pero también mencionamos en las Guías
que no hay datos que apoyen la efectividad de su uso en
el tratamiento de la DSR.
CONCLUSIONES
Se tiende a menospreciar el efecto
placebo en el tratamiento de la DSR; a menudo el paciente
mejora, al menos en forma temporal, cualquiera que sea la
terapia. Es importante separar el efecto placebo y la historia
natural de la enfermedad cuando se evaluan los resultados
de los tratamientos médicos y quirúrgicos. El "patrón oro"
para determinar le efectividad de una terapia sigue siendo
el estudio clínico controlado doble ciego y aleatorio. El
médico que usa tratamientos inactivos con la esperanza de
inducir un efecto placebo se somete a múltiples riesgos. |